jueves, 23 de abril de 2009

Carta Abierta a Rosa Aguilar


Querida Rosa:

Cuando aún ni me imaginaba que iba a terminar con mis huesos en España y, desde luego, ni un sueño me había adelantado que mi actividad política iba a desarrollarse en tierras andaluzas, era un admirador tuyo que intentaba – en las sesiones plenarias, en los debates políticos, en la calle con l@s ciudadan@s – seguir la estela del discurso radical y de la coherencia ideológica que representabas junto a Julio Anguita.

Mi odisea en el PC contaba con pocas estrellas del norte... y entre ellas estabas tú.

Dice Gramsci que prácticamente nadie es indemne ante la pérdida de la objetividad. Y puntualiza Lukaĉs que la individualidad es lo que más enriquece a la sociedad, y el ego lo que más la empobrece.

Querida Rosa, llevo 13 años viviendo en España; y en estos años he ido observando cómo – descontenta con los derroteros por los que navega IU – has ido olvidando cuál es tu papel dentro del PC, y dentro de IU.

Tu reciente transcurso por el parqué político me recuerda esa preciosa película de “El perro del hortelano”; y es cierto: hay pocas cosas más loables que luchar por sus principios, pero también hay pocas cosas más tristes que alguien que no está de acuerdo con algo y, en vez de aceptarlo o -mejor- cambiarlo, se dedique a torpedearlo. Si Pilar Miró levantara la cabeza.

He sido compañero tuyo en IU, y camarada tuyo en el Partido Comunista. Pero en estos últimos dos años, cuando me he visto obligado – igual que tú – a representar a mi organización desde las responsabilidades del cargo público, me han confrontado en la calle muchas veces con las declaraciones y las posturas tuyas (igual que las de otr@s compañer@s)... Y he comprendido que no me dejabas muchas más alternativas que eludir pronunciarme.

Y con éstas he llegado al meollo: Como te decía al principio, admiraba tu radicalidad del planteamiento y tu coherencia. Pero cuando me veo obligado a eludir hablar sobre las declaraciones de Rosa Aguilar (como me he visto), entonces ya no existen ni la radicalidad ni la coherencia. El planteamiento radical (de raíz) y coherente (al contrario de lo que se intenta contar interesadamente) no es una exclusión del debate y del acuerdo consensuado. Sólo se puede tener debate, y sólo se puede llegar a acuerdos políticos cuando se tienen posturas claras (radicales) y coherentes (concluyentes en sí mismas). Si se adoptan posturas nebulosas o difusas, entonces no hay debate; entonces se marea el pato.

El desarrollo actual de IU no es de gloria; me resulta concluyente que una organización social y electoral como IU, que se diseñó en un momento histórico, en un contexto político y social muy concreto, tenga que ser dinámica. Y en la actualidad el debate interno excesivamente personalizado (desarrollado desde las posturas personales e interesadas) no permite una dinámica acorde a las circunstancias concretas, sino que se centra en las necesidades y los intereses de un@s particulares.

Entiendo que esta situación no ha sido ni es de tu agrado – siempre partiendo de tu historial político –, igual que no lo es de much@s compañeros y compañeras. Pero ¿por qué has optado? ¿Has intentado fomentar un debate político interno? ¿Has sido consecuente y has abandonado porque fuera imposible realizar tu utopía personal dentro de IU? ¿Te has dirigido (como dirigente política que eres) a las bases (a las Asambleas Locales y a las Agrupaciones) y las has exhortado a un mayor protagonismo para propiciar cambios?

Y entiendo que, si has conservado mínimamente algunas de tus ideas originales – aquellas que te impulsaron a coger el carnet del Partido Comunista en su momento – en estos últimos años has sufrido viendo hasta donde pueden llegar los vacíos ideológicos de IU.

Pero de ahí a echarte en manos del PSOE-A...

Me caben dos posibilidades: Bien interpretas que IU ha escoriado tanto a la derecha que ha perdido la autoridad política ideológica original. Bien el PSOE ha evolucionado de vuelta de su transformación en un partido burgués del sistema hacia un partido político de izquierda.

Rosa, no lo veo. Tú has sido hasta hoy una de las máximas dirigentes de IU en Andalucía – y si IU ha perdido su norte contigo al frente, tú eres una de l@s responsables. ¡Valiente maniobra!, abandonar el barco después de navegarlo a terra incognita.

Y el PSOE – en todo caso – ha tomado una serie de decisiones tácticas de cara a las siguientes convocatorias electorales, en vista del desolador panorama político económico. Se ha dado un lavado de cara para que la gente piense que sigue defendiendo los intereses de la población cuando en realidad son de l@s máxim@s defensores y defensoras del sistema – por ejemplo, aprobando un decreto que exime a l@s banquer@s del pago de la mayor parte de sus impuestos.

Podría estar triste, Rosa, por tu marcha. Pero en realidad estoy satisfecho. Mi posible tristeza por haberse perdido un@ más de mis referentes históric@ polític@s se ve más que compensada por la esperanza que, a medida que van despareciendo l@s que ya no aportan nada al movimiento de izquierda, van dando paso a quienes heredamos de gente como tú la convicción, la radicalidad y la coherencia necesarias para la lucha política.

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